En 2020 todavía nos quedarán 5 años para terminar de pagar la deuda de armamento contraída "ayer " por España. ¿Te apuntas?

viernes, 18 de mayo de 2012

El momento más vulnerable

Somos fuertes. Somos empresarios, curritos, parados, labradores, filósofos, pescadores, pescaderos, directores de fondos monetarios internacionales, ladrones, temporeros de la uva, equilibristas, bachilleres, presos, pilotos de lineas comerciales, trashumantes, capitanes de barco o conductores de un John Deere. 
Pero llegan las diez, las once, la una de la noche. Y llega nuestro momento más vulnerable. El del sueño. El de la noche, para quien duerme de noche. 
Somos frágiles, pero no hay un momento en que seamos más frágiles que durante el sueño. 
¿En qué estado se sume uno cuando duerme? No se sabe con certeza. Pero uno no está del todo en este mundo. Está en el mundo pero ajeno a él. Por esta desnudez máxima a la que nos exponemos cada vez que logramos conciliar el sueño, tomamos medidas aquí y allá. 
Hay alarmas, hay candados. Hay llaves, puertas, rejas, cámaras. Pero nosotros seguimos durmiendo y si nuestro bunker falla, somos extremadamente vulnerables. 
En la otra vida, en la que vivimos despiertos durante las horas de luz, aparentamos una fortaleza que la noche nos desarma por completo. Por muchos cerrojos que cerremos, dormir es un acto de absoluta confianza en el mundo que nos rodea. Entregarse a la inconsciencia del sueño es un acto valiente. 

Y en muchas ocasiones, aunque no siempre sea así, compartimos con alguien esas horas de máxima debilidad. De indefensión absoluta. Alguien bajo nuestras mismas sábanas o alguien en el cuarto de al lado. Alguien a quien elegimos, alguien que nos elige, alguien que no elige estar con nosotros... 

Uno empieza esta vida generalmente de niño y poco a poco lo va dejando para hacerse adulto. Antes o después decide, adivina, intuye que debe buscar un nuevo lugar donde pasar la vulnerable noche. 
A partir de entonces, de esa primera noche nueva, debe volver a confiar en el mundo que le rodea porque aquel lugar dónde la noche era amable junto a sus papás ya ha sido superado. 
A partir de entonces su imaginación deberá tejer nuevas razones para entregarse a ese oscuro entorno que le rodea cada noche. Y escogerá también a alguien con quien pasar de la mano el momento más vulnerable.

2 comentarios:

  1. Me gusta la idea de que elegimos dar nuestra vulnerabilidad a otro!Gracias!No dejes de ver en lo cotidiano

    ResponderEliminar
  2. Pues yo llevo durmiendo mal desde 1988, más o menos... Reconozco que por ello la lírica del sueño me pone agresiva:¡¡PERO QUÉ SUERTE TENÉIS LOS JODÍOS VULNERABLES!! (Marquitos, perdona por haber manchado esta delicada entrada con mi arrabalera lengua).

    ResponderEliminar